martes, 21 de septiembre de 2010

Q´ERO

Una inhóspita naturaleza salvaje y despiadada, ahogada por la bruma y los vientos, con turbulentos ríos de aguas negras, cumbres que astillan el cielo, pendientes que se precipitan en abismos de un verde exuberante, ríspidas laderas de roca y nieve, alberga al milenario pueblo Q´ero.
Noventidós kilómetros separan a sus habitantes de la civilización. Paucartambo es el punto más cercano. Pero ellos prefieren vivir en su extraño mundo poblado de leyendas donde el día dura cinco horas, hablando con sus dioses y aprendiendo a danzar con los kios, pájaros míticos que alguna vez mezclaron con los hombres, mientras que los fabulosos ñaupa machu, gigantes de la roca, dormitan ociosos en las oquedades de los cerros, esperando que se apague el sol.
Entrar en sus dominios es difícil. La senda, flanqueada por precipicios sin fondo, es abrupta. Hay que vencer primero el Wilka Yunka, valle glaciar que se abre en círculos de elevados picos, y la azulada cadena de cuchillas dle kulis Phausi, Qero Paskana y Waman Qaqa, por cuyas faldas corre bramando el Suntur Mayu. Hasta que aparece en su belleza trágica y agreste el poderoso Waman Ripa, escarpada montaña de nieves perpetuas.
Antes Q´ero estuvo habitado por los ñaupa machu. Estos hombres que tenían una talla colosal y vivían en las sombras fueron muy soberbios y ofendieron a los Apus. El castigo fue severo. Los dioses ordenaron que saliera el sol y los ñaupa se quemaron. Algunos llegaron a huir. Son los Soq`as que salen a veces de sus cuevas, cuando se pone el sol o hay luna nueva. Los Apus crearon a Inkari y Qollari, un hombre y una mujer, para que poblaran la tierra. Ellos fundaron el pueblo qero alejándose después el Cusco, donde fundaron la capital del Imperio Tawantinsuyano, iniciando la dinastía de los Inkas.
En el primer nivel, en Chuwa y Qochamoqo, aprenden astronomía e identifican astros y constelaciones vinculados a su mitología y sus creencias. Sus chozas de piedra, barro y paja brava desafían al viento punero de siderales dimensiones. Casi todos son de tipo colectivo, albergando varias parejas.

Tomado del libro: CUSCO MÁGICO de Alfonsina Barrionuevo

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