martes, 7 de septiembre de 2010

La aparición de los Waraos (primera parte)

Al principio aquí no había ningún warao. En toda la superficie de nuestra tierra no había engendrado ningún Warao. Todos los Waraos estaban allá arriba: nuestros antepasados, Nuestro Abuelo estaba allá arriba. Su Nombre, el nombre de Nuestro Abuelo, el nombre de Nuestro Primer abuelo es ALULÁ, AURALA, AURARA, AURALA, AURANA. El era el jefe de arriba. Tenía un compañero. Los dos eran waraos, jefes de familia, viviendo cada uno en su propia casa. El nombre del compañero era Etore, Etuare, Itore... Así que los Waraos vivían allá arriba. Aquí no había Waraos. Sucedió que aquel compañero Itore vino a visitar a su amigo Aulalá. Se acercó hasta él, desembarcó y comenzó a decir: Carajo, nosotros aquí pasamos muchas calamidades. Y, qué es lo que conseguimos en definitiva? No conseguimos morocoto, ni cazamos picure, ni cazamos lapa.... ni siquiera conseguimos la fruta del moriche. Allá arriba ya no había moriches. Comían solamente yuca, sin presa de acompañamiento. Y hete aquí que, después de presentarse ante Nuestro Abuelo, después de llegar su amigo, llegó también allí cerquita y se posó un pájaro que venía volando. Era el pájaro llamado Keri, una ejemplar de Keri, un Keri de gran tamaño. Al llegar el pájaro, Nuestro Abuelo dijo: Amigo, vamos a flechar ese pájaro, puesto que no disponemos de ninguna otra presa para la comida, Itoare, tomó la flecha, templó el arco y disparó: No acertó. La flecha fue a caer en el conuco. Tomó otra flecha, disparó y acertó: murió el pájaro. Y ellos comieron aquella caza. La prepararon con yuca. Después de comer, el compañero le dijo: Bueno amigo, me voy. Me voy para mi casa. Y se fue. Y el amigo nuestro viejo, se dijo: Carajo, se me ha perdido una flecha tan buena...Una flecha pajarera tan perfecta. Y asi se fue, se fue, se fue....... Estuvo buscándola hasta que la encontró. Observó que se había introducido completamente en la tierra. No se la veía......Como era tan fina se había introducido hasta el mordente. Comenzó entonces a cavar para sacarla. Pero al intentar extraerla, la flechá se hundió aún más en la tierra. Penetró de modo que vino a salir por esta otra parte. Salió hacia acá, hacia la tierra: Cayó y llegó aquí abajo. Nuestro Abuelo tenía una hermana, una hermana ya viejita. Y entonces, a esta viejita, Nuestra abuela, le dijo: Hermana, se me ha perdido mi flecha....Ha caido para abajo.... Tienes que hacerme una cuerda......Porque quiero bajar hasta allá abajo...Así le dijo. La hermana se puso a trenzarla, a trenzarla hasta que le hizo la cuerda. Para probarla la tiró hacia acá, hacia la tierra: todavía no llegaba....todavía era muy corta. Continuó con su trenzado hasta que logró terminarla. La colocó: era suficiente. Había dispuesto unos descansillos de trecho en trecho, a lo largo de toda la cuerda, para que si se cansaba durante el descenso pudiera descansar allí. Así que, Nuestro Abuelo, colocó la cuerda y, al amanecer, ya con buena luz, le dijo a su hermana: Hermana, me voy a recoger la flecha que se me fue para abajo. Y se vino para acá....Comenzó a bajar, descansando de trecho en trecho, como estaba previsto, hasta que llegó a la Tierra. Cuando llegó a la Tierra, aquí no había ni un solo Warao. En cambio.....Observó que había muchos morocotos, muchos........Muchísimos acures....Muchísimos váquiros.......Muchísimos fruta de moriche......Durmió por allí. Cazó unos Acures y comió. Después asó mucha carne y flechó morocotos.....Con todo esto se fue de nuevo para arriba. Subió.....Llegó allá arriba y comenzó a decir: Carajo, aquí lo estamos pasando mal, porque aquí no hay comida. Nosotros aquí solamente comemos yuca.......La yuca que plantamos por aquí, la yuca de montaña (amarga). Digo esto porque yo he descubierto muchísima comida....Nos iremos para allá.

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